Un espacio íntimo y compartido

Hay un término que me gusta mucho y durante mucho tiempo me sentí identificada con él, casi como si pusiera en palabras algo que llevaba dentro desde siempre: wanderlust.

Ese impulso de moverse, de explorar, de estar en otro lugar. La sensación de que hay algo esperando más allá del horizonte. Y sí… a veces, también una forma elegante de no quedarse quieta demasiado tiempo.

Con los años entendí que wanderlust no es solo deseo de viajar.
También puede ser una búsqueda constante, un escape disfrazado, una raíz que aún no sabe dónde anclar. Pero cuando se mira con conciencia, ese impulso se transforma en camino. Y entonces, el viaje deja de ser huida para convertirse en hogar en movimiento.

De ahí nace Luna Caribe.
Y con ella, esta Bitácora: un espacio íntimo, real, imperfecto.
Un diario de viaje, reflexiones sobre el movimiento, vivencias personales y aprendizajes que nacen en ruta.

En la Bitácora se narra lo imperfecto, lo humano, lo que sucede cuando el camino se mezcla con el alma. Cada entrada es una conversación abierta, una pausa para escuchar(se) en medio del ruido del mundo.

Aquí comparto:

  • Reflexiones desde la van.
  • Lugares que me han tocado el alma.
  • Rituales y prácticas que sostienen en movimiento.
  • Conversaciones con personas que viven (y sienten) distinto.
  • Aprendizajes del camino.
  • Palabras para los días de tormenta, y también para los de sol.

Estás invitadx a leer, a escribir(te), a compartir. La Bitácora es un faro encendido en mitad del viaje. Una puerta abierta para quienes buscan vivir con más presencia, más libertad y más verdad.

Continúa el viaje aquí …

  • Cuando la ruta te enfrenta a ti misma

    Viajar parece, muchas veces, una huida romántica. Una promesa de libertad, descubrimiento y paisajes que curan. Pero nadie te habla de lo que pasa cuando llevas tus propias sombras en la mochila. De lo que ocurre cuando, lejos de lo conocido, lo que realmente se activa no es la aventura, sino la herida. Hay días…

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